domingo, 9 de diciembre de 2007

TUS PECHOS ME HABLAN

Foto extraída de: buendespertar.blogspot.com/2006/08/sshh.html



Mi boca va en ascenso
sube hasta tus tobillos
aminora en tus rodillas
se estremece al recorrer tus muslos
busca en tu sexo
carnalidad que endiablada de excesos
profundiza panza luego ombligo
da una vuelta en la esquina de la cadera
husmea redondeces en la carnada del atrás
y no se conforma con tu cintura
vuelve a girar loca
hasta encontrar reposo
en los edredones
que conforman tus pechos
traslamiendo los sentidos
se pone a susurrar con ellos
y se hace charla desolvidándose

DE LA ESQUINA




Foto: http://raislost.blogspot.com/2007_06_01_archive.html

El bar ya no está

tampoco vos
que me esperabas siempre
con tu sabor a menta

El olvido nos tendió una trampa
también el cartero ha desaparecido
y sin embargo sigo leyendo tu letra
tu "TE AMO" en servilleta de papel

Ay mi amor, ¡cuánto dolor!
a esta altura de la vida
tener que aceptar que el tiempo nos ha arrastrado
y algo acecha a la vuelta de la esquina.

GELMAN, JUAN

entrá en la bitácora de Juan: http://www.juangelman.com/






No te puedo dejar de mencionar Juan, en este merecido Premio Cervantes que te has ganado con toda tu arte poética, con tu humildad, con tu lucha desde la palabra por un mundo mejor.
Tengo cientos y cientos de poemas tuyos para reproducir en este espacio de mi blog, finalmente me decido por éste tu "Mi Buenos Aires Querido", sobre todo en este día tan particular donde asume un incierto jefe de gobierno para nuestra querida ciudad que quién sabe el rumbo que nos dará a los que escribimos, amamos a esta ciudad, amamos el arte, la cultura popular y ante todo buscamos una sociedad más justa...



Mi Buenos Aires querido

Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.


Juan Gelman

domingo, 2 de diciembre de 2007

PEZ NEGRO




Soy pez negro en tu mesa para que me devores con tu boca llena de luz y transformes mi anatomía en suaves caricias dentro de tu alma y así establecerme en el lugar más íntimo de tu cuerpo que prefieras sujeto a cambios pues en cada lugar que me destines será para mí una verdadera fiesta de la vida y celebraré con vino previo de tu lengua que me llevará a navegar por tus deseos más caprichosos y no me detendrá ni una sola piedra ni una sola roca porque sé muy bien que todo dentro tuyo es armonía y de armonía viviré y desterraré a todo lo que se apropie se adueñe porque es así la libertad porque es así la verdadera forma de estar vivo y viviré dentro tuyo todas tus vidas futuras y me dormiré cuando quieras y estaré despierto cuando me necesites y tragaré todas tus lágrimas y me alimentaré de tus flujos tus perfumes y tus dudas porque sólo será posible estar de pez negro en tu mesa pero de colores que elijas se vestirá mi cuerpo una vez que me mastiques e iré a parar en felices pedacitos que recorrerán tu sangre tu corazón tu magia de mujer superior y hasta permitiré que transformes una minúscula parte mía en palabra escrita aunque ésa no me sea destinada

CHISMES DEL BARRIO




Los de enfrente al final tuvieron que vender el auto para comprarse la heladera. No podía ser: con cinco chicos y sin heladera. Por suerte el televisor ya lo tenían desde que se casaron. Ahora les hace falta un lavarropas. Van a tener que vender la reproductora de DVD.

La mujer esa que anda diciendo por ahí que cuando joven era un camión, ahora es un tanque atmosférico.

La hija de la Josefina llega siempre como a las cinco o seis de la mañana y después se va como a las cinco o seis de la tarde. Y la Josefina se va como a las cinco o seis de la mañana y vuelve como a las cinco o seis de la tarde. Las dos trabajan.


(Publicado en "La Máquina de Escribir" Nº30, diciembre de 2005)

SUELTOS




Soy un perro que no tiene premium (pichicho callejero raza perro).

PICA PICA
bajada de cordón
Colchonero
rey de bastos

Me gusta verlas así, con las pancitas al aire, exhibiendo desparpajeadas el crepúsculo de la bomba Chita.

¿Quién será que deja siempre algún pan sobre cualquier ventana de cualquier casa de cualquier barrio?

Escribo mal y leo peor. Encima se me caen los dientes porque se me terminó el corega. También se me sueltan los anteojos porque se le aflojaron los tornillitos que sostienen las patillas. Como ven me falta mantenimiento. Y para colmo se me perdió la verguenzadehabersidoyeldolordeyanoser.

Quiero agregar algo más pero ya es tarde para hacerlo.

Se nos está terminando el almanaque. Andá a comprar aunque sea 100 grs. de enero como para ir tirando...


Y ahora he descubierto que los anteojos no solo se me sueltan por tener los tornillitos flojos de las patillas: también se ha reducido el tamaño de mi cabeza.

Se rompió el colectivo en el que viajaba: se partió en dos.

Se cuida mucho de no tener que decir "mail" o "compact" pero no recuerda que cuando era jóven, al referirse a los discos de vinilo de larga duración decía lo más bien "long-play".

Todo muy bien con la deuda externa. Pero ¿y la deuda interna?... ¿para cuando?...

El ojo del amo engorda a la vaca pero adelgaza al empleado.

Ada Falcón sigue siendo insuperable.

Ahora que vino el calor hasta don Severo anda con bermudas por la calle. Eso sí, con zapatos y medias streech.

Los que gustan de la pirotecnia más que espíritu festivo tienen espíritu bélico.

Juegan a la guerra en la esquina del barrio aprovechando la hora cero del día uno del mes uno.

Se encontró un pan dulce con frutas : efectivamente el pan dulce estaba rodeado de bananas, manzanas y naranjas.

A Mar del Plata yo me quiero ir/ sólo una cosa me falta conseguir/ lo que yo tengo es mucho coraje/ lo que me falta es la plata pal' viaje… (lo cantaba mi viejo por la década del 50, lo sigo cantando yo en 2006)

Esta casa no permanecerá cerrada por vacaciones : cerrará definitivamente por quiebra desde el 1º de enero hasta el infinito inclusive.

Lo que tiene de bueno no irse de vacaciones es no tener después que andar lamentando el regreso.

Todos los veranos para las primeras planas de los grandes diarios y revistas, son nota de tapa los que se van de vacaciones. ¿Y los que no se van qué son?...


Gran parte de nuestra vida se pierde inútilmente esperando algún medio de locomoción.

Los vehículos con los que circulan los abogados se llaman "autos caratulados".



(Textos publicados en "La Máquina de Escribir" entre diciembre de 2005 y febrero de 2006)

ESCOTE





Los ojos se me escapan
se me desprenden enloquecidos
huyen de mí
no puedo alcanzarlos
(tampoco quiero)

se han ido entrometiendo
golosos babeantes
en ese perfecto redondeo
que conforman tus pechos

asomados tentadores abiertos
desde el escote de tu blusa

domingo, 11 de noviembre de 2007

CORRESPONDENCIA




LA CARTA QUE LE DEJO SERGIO A LAURA

Querida Laura:
Cuando llegues a leer esta carta yo ya estaré en un recinto lejano donde se recibe solamente a los seres divinos, porque, te debo confesar, he dejado de ser un tipo. Ahora soy un Santo. Con barba blanca y todo. Con túnica y aureola dorada. Llevo en mi mano derecha una lanza para luchar contra el mal y siempre voy pisando víboras, renacuajos y todo tipo de bichos molestos, monstruosos, feos y malos. Ya he posado para un pintor frustrado, el que me retrató bastante bien para que su pintura sea reproducida para las estampitas. Vieras que lindo luzco con fondo azul, estrellitas y angelitos revoloteando alrededor de mi imagen irradiando luz y paz divina. Una vez que las estampitas salgan de la imprenta te enviaré algunas para que tengas y repartas entre la gente querida. Seguramente ya te darán alguna cuando viajes en el tren o en el subte alguno de esos chicos ricos de pobreza y pobres de limpieza que nos promocionan tanto a nosotros, a los que aparecemos en imágenes religiosas.
No me preguntes cómo llegué a esto. Ni yo lo sé. Lo importante es que me siento bien por varios motivos: primero, porque ya no dependo de ninguna oficina, ni de ningún teléfono celular, ni de ninguna computadora, ni de ninguna tarjeta de crédito, ni de ningún banco, ni de ningún préstamo personal o hipotecario. Segundo, porque hago lo que realmente se me canta sin culpas, no le tengo que pedir permiso a nadie ni tengo que andar todo el Santo día dando explicaciones de porque así esto o aquello. Ya no veo más televisión ni escucho radio. No leo más los diarios ni las revistas de actualidad que tanto me preocupaban cuando no las conseguía a tiempo. Ahora me doy el gusto de escuchar la música que más me gusta y sin tener que andar con el molesto discman. Me doy todos los gustos viendo todas las películas que yo quería ver y que por razones de tiempo o, porque no eran de tu agrado, nunca podía ver. También tengo todo el tiempo para leer a mis autores favoritos y sus obras completas. Y como si todo esto fuera poco me doy el lujo de tener las mejores amantes, los mejores bocados y las mejores bebidas. Tengo que reconocer que ya no necesito del dinero. Aquí hay de todo y nadie roba ni se vuelve loco por que no le cierran los números. Realmente reina la paz . Además me hace bien para la autoestima porque de pronto veo gente que se me arrodilla cuando me ven caminando por ahí. Los bendigo y se van contentos y con alegría. Ni que hablar cuando tenga las estampitas; me emociona el solo pensar mi imágen adentro de una billetera o portadocumentos en la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero, o sobre la mesita de luz de alguna abuela.
Seguramente querrás venir a visitarme. Todavía no te puedo prometer nada, pero cuando me beatifiquen ya te voy a mandar la dirección de la iglesia que tendrá en algún altarcito mi imagen. Mientras tanto seguí creyendo en mí. Y si tenés algún pecado difícil de borrar veremos después como lo podremos blanquear. Desde aquí se puede arreglar todo. No te preocupes. Tené fe. Yo te voy a ayudar. Te bendigo. Hasta muy pronto.

Por ahora, Sergio.


Ah, me olvidaba: la semana que viene empiezan a distribuir en todas las iglesias botellas con agua bendecida por mí, como te darás cuenta es imposible que yo haya podido bendecir miles y miles de botellas de agua mineral, pero es un buen negocio para los que nos representan allí en la Tierra. Ellos también tienen que comer. Por favor no se te ocurra comentar nada de esto a nadie y menos al ciertos periodistas de la izquierda que siempre nos tiran a matar.

jueves, 8 de noviembre de 2007

DE LA NOCHE A LA MAÑANA

Foto: Alejandra Merello

Esas noches sin tiempo

de relojes descogotados

de papeles sueltos en la mesa

y tu pelo en mi tinta

y tu cuerpo en mi letra y tu saliva en tantas hojas

y vos que dormís sin saberlo

Ya no hay fósforos

en la fría noche que se pianta

se agotó gota a gota la pirada

y es tiempo de mates

Acuesto la estufa en el piso

y sobre su calor

apoyo la pava,

agua caliente,

vos hecha poesía,

mates amargos.

Junio de no sé qué día.


domingo, 4 de noviembre de 2007

PASADOS

Foto: Alejandra Merello

alguna vez me sentí así, como esa silla,
arrumbado, en un vértice enmohecido,
mientras los relojes seguían su rítmica costumbre
y el óxido se deslizaba por mi osamenta.

sólo una gota perforaba el silencio.

baldosas cubiertas de polvo que el recuerdo ya no abraza.

quise dibujar con mis dedos en la pared descascarada
y sólo logré hacer caer pedacitos de tu lila tan soñado.

hoy solo sombras se han apoderado de nuestras camas.
y esa puerta no se abre hacia ningún retorno.

sábado, 13 de octubre de 2007

MIS COMPAÑEROS DE TRABAJO




Mis compañeros de trabajo no hicieron ningún comentario sobre los 40 años de la muerte del "Che", tampoco dijeron nada acerca de la condena perpetua a Von Wernich ni jamás se pronunciaron sobre la desaparición de Julio López.
En cambio sí mis compañeros de trabajo se la pasaron hablando del pete que hace Wanda Nara en un video por Internet, de si Boca va a desplazar a Independiente de la punta, de quien va a ser el próximo en abandonar la casa de Gran Hermano o como anduvo patinando por un sueño la noche anterior con Tinelli. También dedicaron como siempre el espacio al mercado de las zapatillas más caras, los televisores más caros, los celulares más caros y de cómo hacer guita sin laburar. Se comentaron además entre ellos los números ganadores de las quinielas matutina, vespertina y nocturna. El momento político-social se lo consagraron, como ya es habitual, a como eliminar a los bolivianos, peruanos y paraguayos de una buena vez por todas no dejando de hacer la diaria invocación de que aquí hace falta mano dura matando a cuanto cartonero, piquetero, linyera, gay, puta o mocoso drogado que aparezca por las calles de Buenos Aires.

Evidentemente mis compañeros de trabajo tienen muchos más motivos de preocupación que yo.

¿DÍA DE LA RAZA? ¿FESTEJO?

Foto: Liliana Maresca




¿Qué día?
¿Qué raza?
¿Qué festejo?

La fiesta de los depredadores.
Los comienzos de la devastación y el genocidio en estas tierras.
Hasta que llegaron ellos el paraíso quedaba aquí.

ENCUENTROS CON VALERIA




Lo que más me gusta de Valeria cuando nos encontramos es cómo toma el café. Su particular forma de jugar con la cucharita, revolviéndolo varias veces mientras se mira a sí misma frente a un espejito y se restrega el pelo sin dejar de hacer comentarios sobre su tía Emma y sus amigas. Siempre busca sentarse cerca de algún lugar que le permita verse a sí misma para retocarse. Cuando llego al bar ella está esperándome. Elije justo la mesa que se encuentra en el medio del salón porque está ubicada al lado de una columna revestida de desgastados espejos por sus cuatro lados. Yo prefiero las mesas que se encuentran junto a los ventanales que dan a la calle, me parecen más espaciosas, más ventiladas. Sin embargo su obsesión por observarse a cada instante es más fuerte aunque no se sienta cómoda. La encuentro en plena ceremonia de revolver la tacita. Le traen dos sobrecitos de azúcar, pero ella no los usa, los detesta; prefiere los terrones, pero como éstos se encuentran en vías de extinción, prefiere tomar el café amargo. Una vez me confesó que le gustaban más los terrones pues gozaba chupándolos, como cuando de niña le daban la Sabín oral. Lo cierto es que disfruto de todas esas cosas que hace Valeria frente a mí, mientras me pone al tanto una vez más de las últimas andanzas de su tía y luego del panorama general de sus amigas y compañeras de trabajo, cosas que no me interesan, aprovechando ese espacio de tiempo de su monólogo para mirar de reojo hacia uno de los espejos de la columna donde veo una vez más reflejados aquellos días en que mi viejo me llevaba a los encuentros con sus amigos en el viejo café de la Avenida Forest y Jorge Newbery, allá por Chacarita.

Entonces me acuerdo de aquellas mesas de madera, a las cuales se sentaban Ricardo, Juan, el gallego Manolo, Raúl Truchuelo y junto a él mi viejo que, a la vez, me hacía sentar sobre una de sus piernas. Casi todos pedían café, salvo Raúl Truchuelo que ordenaba su Cinzano con troilet y todo. A mí me daban a elegir: Bidú o Coca, yo pedía Bidú, no porque me gustara sino porque me caía simpático el nombre y además me quedaba con la chapita que no era tan fácil de tener como las de la Coca una vez que el mozo la destapaba, sinó Truchuelo la agarraba con sus grandes manos y enfervorizado con lo que decía, la doblaba y la tiraba sobre la mesa mientras también tomaba algunos maníes sin pelar para acompañar el aperitivo. Después de tomarme la Bidú me bajaba de la pierna del viejo y me iba a jugar con el gato que deambulaba de mesa en mesa, al que a veces le daba algunos maníes que se le saltaban a Truchuelo, quien me guiñaba un ojo en señal de picardía.

Valeria, entretanto, termina de hablar y se toma el café ya frío, de un solo trago.
Ambos miramos nuestros respectivos relojes. Ya es hora de irnos. Entonces nos despedimos hasta el martes que viene, a las seis de la tarde, religiosamente. Llamo al mozo para pagarle y ella en ese instante como lo hace desde que iniciamos estos extraños encuentros, se da cuenta de que no consumí nada. El mozo ya ni se molesta en preguntarme si voy a tomar algo. Él ya sabe a qué vamos.

A Valeria le sirve para decir lo que a nadie le va a interesar escuchar, a mí para verla como toma el café y hace esos movimientos tan originales con la cucharita, con su pelo, con sus ojos y su cabeza toda y de paso puedo viajar hacia aquellos días de mi infancia que nunca olvidaré, nunca olvidaré. En el encuentro de la semana que viene tal vez me remonte a la casa de mi tía Alcira en Chivilcoy. El martes que viene. A las seis de la tarde.

lunes, 8 de octubre de 2007

MI CHE


Mi Che.
Recuerdo ese día.
Yo tenía 15 años.
Era muy pendejo todavía.
Pero esa foto en primera plana de los diarios.
Esa foto.
Ese cadáver.
Esos ojos abiertos.
Esa mirada muerta pero viva.
En el 73 pude comprarme su "Diario en Bolivia"
Jamás me despegué de él.
Ni la dictadura pudo sacármelo.
Me pregunté cuantos Che necesitaríamos.
Esa mirada sigue viva.
"No nos vimos nunca", dijo Cortázar,
Yo lo sigo viendo todos los días.
Su mirada muerta pero viva
me dice tántas cosas.
Mi Che.

LOS "MERECIDOS HOMENAJES"


Sí, se acuerdan de esa mansión donde habitaron los Anzurregui pero jamás van a nombrar la casa de Doña Rosa de Albasini, la partera del barrio que nos trajo al mundo al primo Robertito, a la prima Mony, a mi hermano Alito y a mí y que tenía una hija adoptiva que la llamaban la Mónica y un día se fue y nunca más se supo de ella.

Sí, se acuerdan de ese hotel donde en 1906 se albergó el Conde de Turkenón pero no hacen mención de la esquina donde el frutero al que llamábamos "el conde" estacionaba su carro todas las mañanas para vendernos manzanas, bananas, peras, naranjas, bergamotas y limones.

Sí, se acuerdan del monumento que le hicieron al General Irizabarragni pero ni siquiera pusieron una placa recordatoria en memoria de aquel caballo que apareció muerto frente al corralón de los Garibaldi la mañana del 7 de julio de 1959.

Sí, se acuerdan de la cancionista Elba Gracián nombrándola Ciudadana Ilustre pero ni un ápice para la tía Chola que se la pasó recortando y pegando notas, reportajes y fotos de la misma en álbunes con tapas de cuero y comprando todos sus discos y viendo todas sus películas durante cerca de cuarenta años.

Sí, se acuerdan de escritores como Dalmasio Benavídez, Raimunda Flores o Fulgencio Arnáez pero jamás emitirán juicio alguno sobre mis obras completas (1952-2007), de las cuales extraigo el presente párrafo.

sábado, 22 de septiembre de 2007

HASTA PLAZA ITALIA


Resultaba gracioso verlas, asomando sus pecosos cuellos por las ventanillas del colectivo. Ellas no sabían el riesgo que corrían. Sin embargo parecían felices de disfrutar ese paseo, pero claro, desconocían el destino de ese viaje. No se supo nunca a quien se le había ocurrido eso de transportarlas así. Recién llegadas de África y ya subirlas a un 59 hasta Plaza Italia. Allí bajaron a las dos nuevas jirafas para el zoo.

¡NO QUIERO SABER MÁS NADA CON ÉL!...


Lo único que pido es no me llame esta noche. ¡No quiero saber más nada con él!... con todo ese sentimentalismo que tiene... con ese nostálgico sentido de su pasado, su infancia solitaria, los recuerdos de cuando iba a las matinées de los cines de barrio y se veía tres películas los domingos a la tarde masticando turrones de maní.
Ajjj!... no lo soporto cuando salimos a caminar por cualquier calle y me dice "ahí estaba ésto", "ahí estaba aquello"... o cuando orgulloso asegura que vivió en esa casa que me señala. Es que pasemos por donde pasemos siempre encuentra un lugar donde vivió. Y después todas las historias que cuenta de los vecinos, de los porteros, de los comerciantes, de los cirujas y hasta de las líneas de tranvías que pasaban por ahí.
Y habla, habla, habla, pero siempre de su pasado.
Para él nunca un presente, un futuro, ni siquiera una pizca de pasado inmediato.
Ya me tiene podrida con eso de que donde ahora está el garage de acá la vuelta antes estaba el cine Cervantes donde vió el estreno de Perdidos en la noche y que como complemento daban El graduado.
Ya me tiene podrida con la historia de su tía Alcira que bordaba como ninguna en el pueblo ese donde nacieron los padres. ¡Si hasta me quiere llevar hasta allá y todo para hacerme conocer la casona donde vivieron los abuelos!... ¡Tenerme que ir como doscientos kilómetros para ver seguramente unas ruinas!...
Creo que me equivoqué con Alberto. Al principio me pareció tan manso, tan delicado, tan caballero... Me pareció en realidad uno de esos tipos que ya no existen... Me fascinó su forma de contarme apasionadamente sus conocimientos... ¡si hasta creí que era un historiador!... ¡cómo sabe de edificios históricos, y de calles y de personajes de Buenos Aires!...
Pero no, ¡yo necesito otra clase de tipo!...
¡Si llega a llamar no lo voy a atender!... ya voy a inventarme algún argumento para sacármelo de encima...
...pero, sin embargo, en la cama... ahí, sí, se olvida de todo... pero eso sí: después me lo tengo que aguantar contándome de su primera vez, de su primera novia, que siempre sueña con volver a encontrarla...
Uy, ahí suena el teléfono!... No, no lo voy a atender... que suene nomás... no estoy para escuchar su diplomática manera de hablarme... si hasta parece que en lugar de hablar estuviera redactando una carta... ¡sigue sonando nomás!... bué, que deje el mensaje en el contestador... Mañana, si tengo ganas, o no, cualquier día de éstos lo llamo y le digo "¡no quiero saber más nada de vos!". Ya dejó de sonar. ¿Habrá dejado algún mensaje?... No, ahora no lo voy a escuchar. Mañana, en tal caso, según como me sienta... aunque... pobre, a lo mejor necesita algo... ¡está tán solo!... mejor lo escucho ahora y me quedo tranquila... pero, ¿y si le está pasando algo?... ¡encima ni siquiera tiene teléfono en la casa y siempre lo tengo que estar llamando al trabajo!... ¡ni celular tiene!... ¿dónde lo voy a buscar?... ¿allá en Victoria donde vive?... ¿a ésta hora?...
Hice mal en no atender. Total, si me salía con su rollo de siempre le decía que NO a todo y listo... pero me da lástima, pobre!... ¡se debe sentir tan solo!... ¡tan solo, pobre!... tan solo... Igual que yo.

ARCO IRIS


Con la llegada de la primavera recuerdo aquel septiembre de 1970, donde se me erizaba la piel escuchando el primer album de Arco Iris.
Hoy rescato uno de sus temas: "Hoy te miré" y transcribo a continuación su letra de la cual es autor Gustavo Alfredo Santaolalla:

HOY TE MIRÉ

Hoy te miré
y ví,
el sol en tus ojitos.
Hoy te miré
y aprendí
lo que es amar sin gritos.
Y en tus manos de espuma,
una estrella
se durmió y nos sonrió.
Hoy te miré
y ví,
que cerca que estaba el sol.

La gente se escapa;
La gente se atrapa,
y nosotros nos amamos.
La gente no comprende;
han cerrado sus mentes,
y nosotros nos amamos.

Hoy te miré
y vi,
El misterio del tiempo.
Hoy te miré
y aprendí,
a sonreirle al viento.
Y en tu vientre
montoncito de trigo,
construiré nuestro pan.
Hoy te miré
y vi,
que cerca que estaba el sol.



LETRA Y MÚSICA: Gustavo Alfredo Santaolalla
GUSTAVO: Guitarras, 1ª voz.
ARA: Citarina, coro.
GUILLERMO: Bajo, cello, coro.
Grabado entre septiembre y diciembre de 1969 en los Estudios TNT - Moreno 970 - Buenos Aires

domingo, 9 de septiembre de 2007

LOS INDECIBLES III



Martín Chaker: Fragmentos de lo fugaz Oxígeno II", 3 módulos 35 x 30 cm. C/U. Acrílico s/tela. 2007.Extraído de ramona.org.ar











El Señor Nanclares y la curiosa criatura

La curiosa criatura se deslizó por el frío piso del baño. El señor Nanclares, que se estaba afeitando, la miró espantado deteniendo el normal funcionamiento de su “Barbashave”. Corrió en busca de una escoba para aniquilar a tan extraño bicho. Su esposa dejó de preparar el desayuno y lo acompañó al baño para atacar al extraño enemigo. “¡Hay que matarlo!”, ordenó el señor Nanclares con la escoba en alto. La curiosa criatura se arrinconó contra la bañera y gimió desconsolada. El señor Nanclares trató de aplastarla con la escoba pero su mujer lo detuvo. “¡No lo hagas, querido!, ¡parece indefenso!... ¡pobrecito!”, le dijo desesperada. Entonces el señor Nanclares bajó la escoba y lanzó un fuerte suspiro.
La señora fue en busca de un plato y puso cuidadosamente sobre éste a la curiosa criatura.
Después la llevaron a la cocina y la depositaron sobre la mesa. Mientras desayunaban la miraron pensando.
Untando con manteca una tostada, el señor Nanclares le dijo a su mujer: “Después de todo no parece malo. Fijate: no tiene ojos, ni nariz, ni boca, ni orejas, ni cuerpo, ni un solo pelo tiene, y lo que es más importante: no tiene sexo, ¡NO TIENE SEXO!, ¡NO TIENE SEXO!...”
Sin embargo la curiosa criatura seguía gimiendo y dando lástima. El señor Nanclares, a medio afeitar, no dejó de quitarle la mirada. No se pudo explicar el porqué de esa cosa incolora y sin forma pero que sin embargo tenía vida y se movía.
La mujer le recordó que ya era hora de ir al trabajo y que si dejaba pasar más tiempo llegaría tarde. Pero sin embargo el señor Nanclares siguió obsesionado con la curiosa criatura. Ni se acordó siquiera de inspeccionar, como lo hacía cada mañana antes de salir, si su camisa estaba perfectamente limpia, planchada y almidonada. Tampoco recordó que todavía le faltaba terminar con su afeitada y de embeber sus mejillas con la frescura de su agua colonia favorita con fragancia a lavanda.
Así como estaba tomó a la curiosa criatura, la colocó en una bolsa, saludó a su mujer sin darle un beso siquiera y salió velozmente hacia su empresa con su Pontiac color avellana.
Al llegar a la oficina todos lo miraron con extrañeza. No solo por la hora en que había llegado sino por su aspecto totalmente desalineado. Despeinado, a medio afeitar, sin saco y con la camisa desabotonada y sin corbata entró a su despacho raudamente. Cerró la puerta de un golpe y depositó la bolsa sobre el escritorio lleno de expedientes. Sacó de ella a la curiosa criatura y la puso sobre una silla. Encendió el combinado y puso su melodía favorita: “Fiesta para cuerdas” interpretada por David Rose y su orquesta en un disco de 78 r.p.m. del sello MGM etiqueta amarilla. Se sentó frente a la curiosa criatura y le empezó a hablar tiernamente, muy tiernamente, como nunca lo había hecho.
Horas más tarde su secretaria entró al despacho y encontró al señor Nanclares arrodillado y llorando frente a la silla donde se encontraba la curiosa criatura ya muerta.
Todavía en el combinado se seguía escuchando “Fiesta para cuerdas”. Cuando la secretaria intentó apagar el aparato el disco de 78 r.p.m. del sello MGM etiqueta amarilla se partió en dos.



NOTAS: Días más tarde un grupo de especialistas procedieron a realizarle la autopsia a la masa que conformaba la curiosa criatura. Allí se determinó que su fallecimiento se produjo como consecuencia del profundo miedo que le produjo el ambiente administrativo.
En cuanto al disco de 78 r.p.m. no existe hasta el momento alguna explicación lógica acerca de su rotura.
El señor Nanclares se repuso rápidamente del episodio y continúa trabajando en la misma empresa.



EL 76

1
Tomo el 76 en Chacarita. Por la ventanilla pasan a modo de película gastada la barrera de Corrientes y Dorrego, Canning 210, la escuela del Comercial Vieytes, Plaza Irlanda, Plaza Flores, San pedrito y Rivadavia, la Avenida Sáenz, la iglesia de Pompeya. Final del recorrido. Se terminó la película.
2
Tomo el 76 en Chacarita. Por la ventanilla pasan a modo de película gastada la Avenida Forest, la Avenida Monroe, la casa del Dr. Casambon, el Hsopital Pirovano, La Estación Luis María Saavedra, la fábrica de Philips. Final del recorrido. Se terminó la película.
3
Cambian el rollo. Ponen el de los boletos color rosa.

LA PRINCESITA


La princesita no debe dormir con los zoquetitos puestos.
Sus piececitos tienen que respirar.
entonces papá, que no es rey, se los quita suavemente para no despertarla.
Pero pronto la princesita queda acéfala de papá, que no era rey, y ya no tiene quien le cuide los piececitos.
Se pasa las tardes llenas de autismo sentada en su banquito al fondo del pasillo del conventillo de la calle Tequendama mirando hacia la piesa de adelante donde su hermano Ernesto toca "Lágrimas y sonrisas" con el acordeón que era de papá, que no era rey, mientras se muerde la lengua.

PASTOR "G"


¿Cree usted que el demonio lo ha habitado?
Ante cualquier duda consulte al Pastor "G" más próximo a su domicilio.

TU CASA DE DOS JARDINES


Hubo en otro tiempo aquí
un manicomio (con locos y todo)
por suerte se fueron
(dije en ese momento, claro)
porque no sabía lo que luego se instalaría allí:
tu atrapante casa de dos jardines.
**********
Siempre aparece ella.
Como me ha marcado esa mujer.
Pensar que la creía infinita.
Y sin embargo me festejó el cumpleaños
dándole un tremendo portazo a la puerta a eso de las 8 de la mañana.
Desde que yo ya no estoy a su lado
cierra la puerta despacito,
sin hacer ruido alguno.
Según me contaron, se va siempre a las 7.45 y en puntitas de pie.
Ya no me festeja más el cumpleaños.
**********
Ya no te merecés más
esos miércoles con cena de pescado
y vino blanco,
ni los paseos en las tardecitas
de domingo,
ni mucho menos que te esté esperando a la salida de la escuela 24.
Ya no te merecés más
que te lea a Machado, Benedetti o Girondo,
ni que te haga el amor
con música de Gershwin,
ni que veamos abrazados
películas francesas.
Ya no te merecés más nada
desde aquella mañana
en que me envenenaste el aire
con el perfume de tu soberbia.
**********
a veces pienso que al pescadito de los miércoles le tendría que haber puesto, junto con los condimentos, una pizca de aspic.

AMORE


1
mi pluma se desliza por tu piel
cosquilleando poemas
tus piernas se abren apasionadas
y ante el trazo furtivo
te desbordo de goces
2
no me importan tus zapatos
pero sí me exportan tus encantos
3
gotitas de agua caen desde tu piel
y acorralada sobre los edredones
agoniza tu tierno arrepentimiento

sábado, 1 de septiembre de 2007

VEREDAS QUE YO PISÉ





Se perfuma de menta
y sale a la calle
a embriagarse de noche
recorre veredas azuladas de luna
se topa con un traje oscuro
clavel en el ojal
y regresa acompañada
hasta que el sol penetra sus poros
el perfume ya es nube
luego lloverá la ausencia implacable

***

amanece
sobre el pavimento un zapato rojo
una mujer ausente
luz de rouge sonrojea los bordes del cordón
una dalia
una fresia
una anémona
han quedado como testigos ignorados
de una noche infame:
todavía se huele el putrefacto de asesino seriado

***

Lánguido me deslizo por esa vereda
que alguna vez sufrió nuestros pasos
cuando las tardecitas de los domingos
eran helado de crema y chocolate
cuando las campanillas violáceas
se reverenciaban a nuestro paso
cuando era la muerte
separar nuestras manos

Lánguido me deslizo ahora
y convoco ecos que ya no retornan
tu sonrisa me perturba
y ese perfume tuyo que me hiere esta noche

domingo, 26 de agosto de 2007

26 DE AGOSTO: CORTÁZAR Y YO



Un 26 de agosto de 1914 nacía en Bruselas nuestro querido Julio Cortázar... unos cuantos tántos años después (en 1952) en Buenos Aires nacía yo, nada que ver la comparación, obvio, pero me hace sentir feliz tener algo en común con Julio: aunque sea el día de nacimiento.
Hoy quiero recordarlo como lo hago siempre, y lo hago con este fragmento de "Salvo el crepúsculo" tan inmerecidamente poco difundido, tan valioso, tan exquisito...
Un gran abrazo para todo@s,
Aníbal



Ándele

1)
Como una carretilla de pedruscos
cayéndole en la espalda, vomitándole
su peso insoportable,
así le cae el tiempo a cada despertar.
Se quedó atrás, seguro, ya no puede
equiparar las cosas y los días,
cuando consigue contestar las cartas
y alarga el brazo hacia ese libro o ese disco,
suena el teléfono: a las nueve esta noche,
llegaron compañeros con noticias,
tenés que estar sin falta, viejo,
o es Claudine que reclama su salida o su almohada,
o Roberto con depre, hay que ayudarlo,
o simplemente las camisas sucias
amontonándose en la bañadera
como los diarios, las revistas, y ese
ensayo de Foucault, y la novela
de Erica Jong y esos poemas
de Sigifredo sin hablar de mil
trescientos grosso modo libros discos y películas,
más el deseo subrepticio de releer Tristram Shandy,
Zama, La vida breve, El Quijote, Sandokán,
y escuchar otra vez todo Mahler o Delius
todo Chopin todo Alban Berg,
y en la cinemateca Metrópolis, King Kong,
La barquera María, La edad de oro —Carajo,
la carretilla de la vida
con carga para cinco décadas, con sed
de viñedos enteros, con amores
que inevitablemente superponen
tres, cinco, siete mundos
que debieran latir consecutivos
y en cambio se combaten simultáneos
en lo que llaman poligamia y que tan sólo
es el miedo a perder tantas ventanas
sobre tantos paisajes, la esperanza
de un horizonte entero—

2)
Hablo de mí, cualquiera se da cuenta,
pero ya llevo tiempo (siempre tiempo)
sabiendo que en el mí estás vos también,
y entonces:
No nos alcanza el tiempo,
o nosotros a él,
nos quedamos atrás por correr demasiado,
ya no nos basta el día
para vivir apenas media hora.


3)
El futuro se escinde, Maquiavelo:
el más lejano tiene un nombre, muerte,
y el otro, el inmediato, carretilla.

¿Cómo puede vivirse en un presente
apedreado de lejos? No te queda
más que fingir capacidad de aguante:
agenda hora por hora, la memoria
almacenando en marzo los pagarés de junio,
la conferencia prometida,
el viaje a Costa Rica, la planilla de impuestos,
Laura que llega el doce,
un hotel para Ernesto,
no olvidarse de ver al oftalmólogo,
se acabó el detergente,
habrá que reunirse
con los que llegan fugitivos
de Uruguay y Argentina,
darle una mano a esa chiquita
que no conoce a nadie en Amsterdam,
buscarle algún laburo a Pedro Sáenz,
escucharle su historia a Paula Flores
que necesita repetir y repetir
cómo acabaron con su hijo en Santa Fe.
Así se te va el hoy
en nombre de mañana o de pasado,
así perdés el centro
en una despiadada excentración
a veces útil, claro,
útil para algún otro, y está bien.
Pero vos, de este lado de tu tiempo,
¿cómo vivís, poeta?,
¿cuánta nafta te queda para el viaje
que querías tan lleno de gaviotas?


4)
No se me queje, amigo,
las cosas son así y no hay vuelta.
Métale a este poema tan prosaico
que unos comprenderán y otros tu abuela,
dése al menos el gusto
de la sinceridad y al mismo tiempo
conteste esa llamada, sí, de acuerdo,
el jueves a las cuatro,
de acuerdo, amigo Ariel,
hay que hacer algo por los refugiados.


5)
Pero pasa que el tipo es un poeta
y un cronopio a sus horas,
que a cada vuelta de la esquina
le salta encima el tigre azul,
un nuevo laberinto que reclama
ser relato o novela o viaje a Islandia,
(ha de ser tan traslúcida la alborada en Islandia,
se dice el pobre punto en un café de barrio)
Le debe cartas necesarias a Ana Svensson,
le debe un cuarto de hora a Eduardo, y un paseo
a Cristina, como el otro
murió debiéndole a Esculapio un gallo,
como Chénier en la guillotina,
tanta vida esperándolo, y el tiempo
de un triángulo de fierro solamente
y ya la nada. Así, el absurdo
de que el deseo se adelante
sin que puedas seguirlo, pies de plomo,
la recurrente pesadilla diurna
del que quiere avanzar y lo detiene
el pegajoso cazamoscas del deber.
la rémora del diario
con las noticias de Santiago mar de sangre,
con la muerte de Paco en la Argentina,
con la muerte de Orlando, con la muerte
y la necesidad de denunciar la muerte
cuando es la sucia negación, cuando se llama
Pinochet y López Rega y Henry Kissinger.
(Escribiremos otro día el poema,
vayamos ahora a la reunión, juntemos unos pesos,
llegaron compañeros con noticias,
tenés que estar sin falta, viejo.)


6)
Vendrán y te dirán (ya mismo, en esta página)
sucio individualista,
tu obligación es darte sin protestas,
escribir para el hoy para el mañana
sin nostalgias de Chaucer o Rig Veda,
sin darle tiempo a Raymond Chandler o Duke Ellington,
basta de babosadas de pequeñoburgués,
hay que luchar contra la alienación ya mismo,
dejate de pavadas,
elegí entre el trabajo partidario
o cantarle a Gardel.


7)
Dirás, ya sé, que es lamentarse al cuete
y tendrás la razón más objetiva.
Pero no es para vos que escribo este prosema,
lo hago pensando en el que arrima el hombro
mientras se acuerda de Rubén Darío
o silba un blues de Big Bill Broonzy.
Así era Roque Dalton, que ojalá
me mirara escribir por sobre el hombro
con su sonrisa pajarera,
sus gestos de cachorro, la segura
bella inseguridad del que ha elegido
guardar la fuerza para la ternura
y tiernamente gobernar su fuerza.
Así era el Che con sus poemas de bolsillo,
su Jack London llenándole el vivac
de buscadores de oro y esquimales,
y eran también así
los muchachos nocturnos que en La Habana
me pidieron hablar, Marcia Leiseca
llevándome en la sombra hasta un balcón
donde dos o tres manos apretaron la mía
y bocas invisibles me dijeron amigo,
cuando allá donde estamos nos dan tregua,
nos hacen bien tus cuentos de cronopios,
nomás queriamos decírtelo, hasta pronto—


8)
Esto va derivando hacia otra cosa,
es tiempo de ajustarse el cinturón:
zona de turbulencia.


Nairobi, 1976

Salvo el crepúsculo, Buenos Aires, Ed. Alfaguara, 1996

domingo, 19 de agosto de 2007

2 + 2 GARABATOS


"Expongo", de Eliana Heredia
2 Garabatos para niñas de la vía pública

1
La chica es linda. Se me acerca. Saca de su bolso: 3 cajitas de sahumerios. 3 por $2.-, me dice. Le digo: si me das tu amor te las compro. Entonces me las vende y se va.
2
La des-gracia de Dios se posó en cada uno de los pasajeros de este subte que nos viaja.La nena cansada de ser adulta que nos pone de prepo estampitas sobre las manos.A cambio de una monedita entre Medrano y Gardel.

2 Garabatos para la mujer que se está preparando

1
Me acerco
tu boca no dice nada
sin embargo
tus ojos son tinta negra
derramando llantos de letras
que al ser absorbidos por el papel
forman borrones que no veo ni creo
solo se entienden si te ponés las alas
y con tus plumas das un giro
alrededor de las palabras
2
Escafandrame la quité
y volqué así mi asignatura
caí en un pozo con fondo de satén
no eran más que nuestras sábanas
y entre la oscuridad de la tela
esa luz que salía mágica
de entre tus piernas

4 BREVES



1


Apesadumbrado

buscaba las agujas

pero ya era tarde:

no había más horas.

Caminé la ciudad dormida,

amanecida.

Todo estaba cerrado,

nada ni nadie que apareciera,

solo el sonido de mis malos pasos,

y el tintinear de las pocas monedas

que en mi bolsillo

ya no estaban.



2

La esperanza abrió un ojo,

vos hecha tango me recibías,

ay mi amor entre tus olas,

de madrugada,

sediento de amorme sumergía.



3

Te dejo en esta servilleta

tinta seca de mis venas

sangre fresca de mi pluma

expresando la euforia

del presente de estar con vos

del futuro en que no estarás.



4

Servilleta de papel

con patitos azules dibujados,

terrón de azúcar méndez,

cucharita retorcida,

tacita de café gastada,

y ese sabor a humedad,

buenos aires ¿qué me has dado?




EL NEGRO SIEMPRE

Nunca vas a estar ausente, Negro, nunca.



domingo, 29 de julio de 2007

OTROS SENTIRES

Pier Toffoletti



A Nilda Carmen Vítola





De vos me gusta todo

“Ahora anochece. Me dice que toda mi vida recordaré esa tarde. Incluso cuando haya olvidado su rostro, su nombre. Aún puedo volver a ver el rostro, y recuerdo el nombre.”
Marguerite Duras
(de “El amante de la China del Norte”)


Me gusta escucharte decir

aguamarina
luzbélica
pipoca
veta sagrada


Me gusta olerte

olés a sol

cuando de noche
detrás de tus orejas
se te esconde la luna

(me gusta morderte
morderte
donde se te esconde la luna)

Me gusta tu risa

de cosquillas
de locura
de placer

Me gusta tu llanto

de alegría
de no poderlocreer
de diapasón




Me gusta tu humedad

de lluvia propia
de laguna erena
de mar bravío

de vos me gusta todo

menos

tu ausencia


Buenos Aires, 5 de agosto de 2001






********************************

Mujer mágica,
angélica,
diáfana.

Dulce es tu mirada,
vino brillante,
el de tus ojos.
Como para emborracharse
con solo mirarte.


Dulce es tu sabor salado,
miel,
la tus labios,
todos tus labios,
los de arriba
y los de abajo.



Círculo que rodeo
todo redondo
ahí, en el medio,
en el medio, ahí,
que bien te luce,
que bien
como perla que brilla,

lo absorbo,
y lo devoro,
salvajemente,

entonces
el goce mutuo,

la ola gigante
para vos,

la petite-morte
para mí,


Mujer mágica,


angélica,


diáfana,


erótica.






*******************************


girondeando

Puede ser/ sentirse loco y no guardárselo/ en una tarde de verano a toda siesta /convertirse en caballo alado/ oh, tallo de Jade, oh, tallo de Jade/ volarcabalgando/ volarcabalgando/ llegar hasta tus pies de niñamujer y encosquillártelos hasta la risa loca/ hasta la risa loca/ ésa que desilencia la tarde sólo sonora de chicharras/ jugar con tus pelos y tus pechos/ los pelos todos/ los pechos todos/ y revolcarse/ y regordearse/ en conjunto de dos/ de dos que están ahí y son uno/ uno todo para vivirse todo/ de un solo sorbo/ que no alcanza/ que quiere más/ y no quedarse quieto/ quitarse las alas y revolcarse en infinitas revueltas/ seguir el juego sin relojes ni anteojos/ verse a pesar de las miopías/ puede ser, sí, sentirse loco y amar a fondo/ llegar a las profundidades más remotas/ y volcarse todo/ entendimiento erecto que no cesa/ húmeda cristalina almeja que deja entrar al sol sin condiciones/ sentir sobre la piel pétalos de tus labios/ lenguas que se buscan y juguetean almibaradas/ endemoniadas/ paladeando licores salados/ todos desgoces/ hasta soñar juntos un sentirse loco y no guardárselo/ y despertar y volver a empezar...


**********************************



Me detengo y me deslizo
sobre las formas de tu paisaje.
Con mis manos voy de viaje
por la siesta de los juegos de descansancios
donde ninguno pierde,
donde vos y yo somos los únicos,
contrincantes.

Mis manos son como viento, sol,
arena en tu piel,
siesta donde todo está permitido,
hasta que el sol pase a ser luna,
y la noche sea una sábana
que cubra nuestros descubiertos cuerpos,
cuerpos que en sueños
dibujan con sus jugos
un nuevo amanecer y otro más,
y otro más,
y otro más

CITAS CON MUJERES


No sé si creo en Dios. Pero seguro que creo en las Diosas.

Amor, locura y muerte. De estas tres palabras la que más duele es la primera.

El amor es mujer. Entonces debería ser "La" amor.

No creo más en el amor. Sin embargo lo sigo dando.

Soy una máquina que produce amor sin límites. Amor a mujeres sin límites.

Tengo mujeres clavadas por todas partes. A todas las amo por igual.

De cada amor que tuve tengo heridas. Estoy descuartizado.

Te dejo libre, mujer, para que hagas lo que quieras. Siempre estaré aguardando tu regreso.

De vos me gusta todo... menos tu ausencia.

Quisiera vivir adentro de alguna de ellas. Y que ése sea mi domicilio legal constituído.

A cambio de que me ames te doy todo. Nada más que eso.

He dado mucho y mucho he perdido. Y seguiré perdiendo nomás.

Huye cuando quieras con quien quieras. Mi puerta quedará abierta para cuando retornes.

Y si me expulsás de tu paraíso será inútil. Siempre estaré en él aunque no esté.

Amor con amor se paga. En ésto el dinero está desterrado.

No puedo amar de a uno. Sólo puedo amar de a dos.

La mujer no es perdición. Es la cumbre máxima de la pasión.

Mientras haya alguien que lo esté esperando en una terminal de ómnibus lejana con un abrazo y un beso hay ilusiones.

jueves, 26 de julio de 2007

POEMAS DES-OCUPADOS


I
Sábanas de raso autoengaño
acarician mi cuerpo/
una diosa desnuda
me entrega su sexo/
me promete trabajo seguro
sin salir a buscarlo/
destruye mis currículums vitaes/
entre gemidos me susurra al oído:
"cualquier cosa te llamarán"/
esperanzado penetro la espera/
dejo que el tiempo derroche los días/
pero las sábanas de raso se han volado
y la diosa desnuda no regresó:
ni siquiera llamó por teléfono.
**************************

II
despierta el lunes
mar de noticias,
entrevista telefónica:
un funcionario dueño de la verdad/
temperatura ambiente
sensación térmica
humedad
presión atmosférica
visibilidad
vamos a una tanda/
la cortina acostumbrada
se descorre y deja entrar al sol/
angeles art-noveau, frente de edificio antiguo,
adentro oficinas sin olivettis,
frías pantallas destellan información/
cincuenta y tres años arrojados al vacío,
una masa cerebral reventada/
¡fuera de aquí! ¡ahí está la puerta!:
sólo la calle con su vértigo sin fin
me otorga un puesto seguro por solo recorrerla,
sin salario mínimo, vital, móvil,
con la única condición de no perder tiempo
sentándome en el banco de alguna plaza
y mucho menos a la sombra.
*************************

III
Las palomas cagan risas
sobre el sombrero techo de mi cabeza/
picotean migajas sobre mi pelo,
el festín,
una vieja dama indigna
me señala ofuscada con su bastón.
******************************
IV
Me envuelvo una vez más
en traje y corbata
para la inútil entrevista

Regreso entusiasmado
para verter en papel
un nuevo y sarcástico poema
*************************


V
clarines clasificados
una larga cola sobre la calle camargo
camargo al 800
mujeres y hombres en fila desasociegada
la última una joven de unos veintitantos años,
caramba,
la cosa no viene tan mal,
me pongo detrás de ella
e inicio mi tarea:
comienzo preguntándole la hora
aún sabiendo que no tengo ni para un café
*************************************


VI
a la entrevistadora se la asoman dos deliciosas tetas
respondo sus preguntas mirándola a los pezones
aire acondicionado afuera la ciudad hierve
y así como entré me voy
pero entre mis piernas brota la utopía
*********************************

OMNIBUS MACK



En un vehículo similar al que se ve en la foto se desarrolla el cuento de Julio Cortázar "Ómnibus" de su libro "Bestiario". El que menciona Cortázar en el mismo pertenece a la línea 168 que por ese entonces (década del 50) unía el barrio de Villa Devoto con las Estaciones terminales de ferrocarriles de Retiro y pertenecía, como el que aquí vemos, a la Corporación de Transportes de Buenos Aires.

miércoles, 25 de julio de 2007

LOS INDECIBLES II






SIN NOVEDADES EN LA CALLE

Salgo a la calle y no encuentro novedades. Lo de siempre. Me intercepta, como es de costumbre, un joven flaco pidiéndome algún cigarrillo, pero como yo no fumo..., también me detiene el Señor Nanclares preguntándome donde habrá algún bazar cerca que venda broches para poder colgar sus camisas recién lavadas y más tarde me encuentro con la señora Clotilde que viene con su acostumbrada baguette envuelta en papel violáceo y aprovecha para preguntarme cómo viajar hasta la calle Cangallo. Unas cuadras más adelante veo a unos pibes ansiosos por sacar de una alcantarilla una moneda de un peso y a unos negritos descalzos caminando con un pan flauta bajo el brazo. Más tarde, por la avenida Córdoba una multitud de gente sin trabajo detiene al tránsito con carteles y cánticos pidiendo "PAZ, PAN Y TRABAJO", a quienes me acoplo porque yo también soy un desocupado y pido "PAZ, PAN Y TRABAJO". Desde un lujoso auto cero kilómetro detenido por la manifestación se asoma un hombre aparentemente todopoderoso y nos dice a los gritos: "¡Porqué carajo no van a pedir "PAZ, PAN Y TRABAJO" a San Cayetano y se dejan de joder cortando la calle, manga de pelotudos!, ¿no ven que son casi las tres de la tarde y no llego al banco para hacer mis operaciones financieras?". Una mujer envuelta en pieles que pasa por ahí, y que no es más que la señorita Hebe, mi maestra de cuarto grado, apoya totalmente lo que dice el señor del cero kilómetro, por supuesto desaprobando las palabras soeces, y agrega: "¡no hace falta que vayan al San Cayetano de Liniers, por acá hay una sucursal cerca!, ¿no se dan cuenta que por culpa de ustedes voy a llegar tarde a mi sesión de lifting?". La manifestación, ante estas provocaciones se pone más esfervescente y rodea al vehículo del apresurado ejecutivo a quien quieren hacer bajar para fajarlo. La gente se entremezcla y los pierdo de vista. Se me cruzan camarógrafos y hombres y mujeres con micrófonos que quieren registrarlo todo y fuerzas de seguridad que apalean a cualquiera. Me conmueve de pronto, en una esquina, creo que en la de Córdoba y Paraná, una joven mujer, muy sufrida, harapienta, con un pequeño niño en brazos, el que entre sollozos incosolables me llama "papá", "papá"... La pobre mujer me dice (sic): "...yo ya sé que no sos el padre, pero en lugar de darme unas moneditas, por favor reconocelo como hijo tuyo y nos llevás a vivir con vos..., yo ya sé que no tenés problemas, que vivís solo, que te las rebuscás, pero yo, en cambio... ¿qué hago?". Un policía de la Federal, que había escuchado todo lo que me dijo la joven mujer, se entromete y me increpa atacándome a los gritos: "¡Andá a laburar, vago de mierda, con esa pinta de intelectual comunista, con esa barba y esos anteojos, te los voy a arrancar, vas a ver!" y me amenaza con su palo de goma. Y sigue: "¡Andá a laburar, que acá lo que no falta es trabajo, vago de mierda, lo que pasa es que ustedes son los que no quieren laburar, las quieren todas fáciles!". Se entromete un oficinista ágil de los que no faltan y me explica muy práctico: "acá la gente es como fueron los gauchos, o sea vagos, sólo quieren tomar mate todo el día, tocando la guitarra, y coger con la china, y así un país no se construye... un país se construye trabajando, sin ir más lejos el trabajo está acá nomás a la vuelta, en el miniMAX, donde están solicitando repositores... dígame don... ¿porqué no se presenta?". Me da la mano despidiéndose y deseándome suerte mientras me saluda: "Taquini, un servidorrrr...". La mujer con el chiquito en brazos le da la razón y me la tengo que llevar a vivir conmigo nomás, mientras que el policía me mira amenazante. Como pueden apreciar salgo a la calle y no encuentro novedades. Lo de siempre.
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ESTACIÓN ALBERTI

Unos negritos caminan por el andén con un pan flauta bajo el brazo. Parecen buscar a alguien. Si no fuera porque no estás conmigo ahora podríamos ir a tomar un café antes de. Pareciera que te estuviera buscando.
Tomo el subte “A”, “A”, “A”, en la apestosa estación Miserere en dirección a Plaza de Mayo. Al pasar por el andén abandonado de la estación Alberti, donde jamás los trenes se detienen, te veo a vos con tu piloto azul y tu paraguas rojo que me estás esperando con tu clásico pucho encendido en la mano. Te grito, te llamo, qué se yo qué hago, desesperado, pero ante el ruido y la velocidad del tren desvencijado patrimonio histórico de origen belga (primer subterráneo de América Latina, inaugurado según algunos historiadores en 1913), la gente me mira, porque acá te miran todos cuando hacés algo que salga de los esquemas tradicionales, transpirando y casi enloquecido, me voy preguntando ¿cómo carajo hiciste para entrar a esa estacioncita abandonada y llena de mugre que ni siquiera tiene escaleras por las que se pueda entrar desde la calle? Decido bajarme en la estación siguiente, Pasco, y una vez que se haya ido el tren y sin que nadie me vea me introduzco en el túnel rumbo a Alberti. Camino por el roñoso conducto con olor a óxido y mierda. Se me ensucian zapatos y pantalones con grasa y barro, pero no importa, voy a tu encuentro.
Finalmente llego al andén abandonado de Alberti y solo veo una silueta femenina plana de chapa pintada con piloto azul y paraguas rojo y un pucho falso en la mano de metal. Descubro que no es más que la obra de un loco artista plástico que ha querido experimentar gente suelta en un andén donde nunca más circulará el público para tomar un subte. Entonces veo que se aproxima otro tren que, por supuesto, no se detiene, y pasa velozmente, detrás de él y el silencio que queda en ese hueco donde solo se oye el goteo de algún caño que pierde agua o váyase a saber qué otra cosa, vienen caminando por el sucio túnel desde Miserere una mujer con los negritos del pan flauta bajo el brazo. Se suben al andén y la mujer que los encabeza se me acerca y me dice: “Estos chicos pueden ser tanto míos como suyos. Yo hoy me llevo uno de ellos a casa. Lo baño, le doy un plato de sopa caliente, lo hago descansar, le enchufo un nuevo pan flauta bajo el brazo y lo largo de nuevo a la estación Miserere. Mañana le toca hacerlo a usted con otro de ellos, ¿entendió?”.
El negrito se me ríe en la cara a carcajadas sin saber siquiera porqué, pero a él se lo ve contento, lo tiene la señora, mientras tanto los restantes esperan. Ya no registro cuantos son. Pero no son pocos. Todos me miran silenciosos con sus mocos colgando. Salgo corriendo otra vez por el túnel en dirección a Pasco, esta vez tropezando con los durmientes y encastrándome aún más con la grasa y el barro, y más aún con el temor de que se aproxime algún otro tren. Al llegar a Pasco te veo esperándome en el andén con tu piloto azul, tu paraguas rojo y tu clásico pucho encendido en la mano. Al verme te sorprende mi presencia, todo sucio, embarrado, con olor a óxido y mierda. No sé cómo explicarte. Lo único que expreso es la alegría de haberte podido encontrar. Te tomo de un brazo y corriendo te llevo escaleras arriba, hasta llegar de una buena vez a la calle. Sería bueno que tomáramos un café antes de. Pero finalmente decido que vayamos al hotelito de siempre, así de paso me doy una ducha, después de, te contaré todo.
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ALGO SUCEDIÓ EN EL EDIFICIO AQUEL

Estremecedores gritos se escucharon aquella noche,
vecinos asustados corrieron en trajes de pijama,
con los pelos parados, atemorizados,
recorrieron corriendo pasillos, escaleras,
a oscuras y en penumbras.

Pero los estremecedores gritos callaron
y los vecinos asustados detuvieron la desordenada marcha
frente justo al gabinete del Gas, Gas, Gas.

Y se fue la luna, volvió el sol,
la mañana como cualquier otra volvió,
sin pena ni gloria volvió,
y volvió a pasar la señora Clotilde
con su flauta baguette envuelta en su bolsa violeta,
por los pasillos con olor a comida,
escalera arriba pues ella vive,
pues ella vive en el piso primero,
mujer de años, peinacanas, derechatorcida,
inquilina que ocupa el departamento identificado
con la letra “E”, “E”, “E”.

Pero se fue la tarde
con la última niñera que cuida a los niños toda la jornada
en el departamento identificado con la letra “C”, “C”, “C”.
Y volvió la noche y luego otra vez...
estremecedores gritos se escucharon aquella noche,
vecinos asustados corrieron otra vez en trajes de pijama,
ahora, precavidos, se habían peinado
y perfumado con loción a la lavanda,
y traían consigo escobillones, plumeros, palos de amasar,
recorrieron de nuevo,
recorrieron de nuevo pasillos, escaleras y algunos otros recovecos,
ahora, precavidos, con velas, candelabros, soles de noche, solos de noche,
encendedores encendidos, fósforos encendidos que se apagan y así...

Pero los estremecedores gritos callaron,
y los vecinos asustas-precavidos,
detuvieron la marcha un poco más ordenada
justo frente mismo a los medidores de la Luz, Luz, Luz.

Y se fue la luna, volvió el sol,
La mañana como cualquier otra volvió,
Y volvió la señora Clotilde con su flauta baguette,
en su bolsa violeta, volvió a pasar,
mientras su perro husmeaba olor a vela,
a fósforo quemado,
y la niñera del departamento “C”, “C”, “C”,
patinó con la cera que alguna vela dejó esparcida la cera dejó,
esparcida sobre el piso dejó, sobre el piso de baldosas dejó,
sobre el piso de baldosas brillosas del pasillo,
que el portero Joaquín dos días atrás había lustrado,
hasque ta...

De nuevo la noche volvió,
pero esta vez los vecinos, más que más que precavidos,
aparte de los peinados y de la loción lavanda,
llamaron a la policía,
la que llegó enseguida y allanó la casa,
revisaron departamento por departamento, revisaron,
pieza por pieza,
ropero por ropero,
cajoncito por cajoncito,
vecino por vecino, revisaron, hasque ta
dieron vuelta hasta la bolsa violeta de la baguette de la señora Clotilde,
de donde sólo cayeron miguitas, cayeron,
pero nada raro encontraron,
y a todos los vecinos se los llevaron a la central de policía, se los llevaron, a declarar, vamos, a declaraar, qué tanto, y ustedes qué se creen...

No dejaron vigilancia en la puerta del edificio,
cerraron con dos vueltas de llave solamente,
y se fueron,
hasque ta...
estremecedores gritos se escucharon aquella noche.

lunes, 25 de junio de 2007

LOS INDECIBLES





Elefante no identificado

El elefante se muere justo justo ahí, en medio de la Avenida de Mayo, y deja su tremenda anatomía toda tirada sobre el pavimento, interrumpiendo gravemente al tránsito automotor y de pasajeros. La gente trepa por encima del pobre bicho para no perder tiempo y llegar a horario a sus habituales ocupaciones, porque sino no le pagan el presentismo, otros, en cambio, corren por llegar a horario a los bancos para cubrir la cuenta que por lo general siempre estará en rojo, y de paso pagar el impuesto municipal y la moratoria de la jubilación que vence hoy, porque esas cosas siempre vencen hoy, entonces corren, se llevan por delante torpemente, se tropiezan, se caen y se vuelven a levantar y corren, siguen corriendo porque hay que llegar a tiempo sino las consecuencias pueden costar muy caras y es por eso que trepan y se deslizan, suben y bajan, saltan y hacen todo tipo de maniobras con sus cuerpos ciegamente, sin interesarles siquiera lo que van encontrando a cada paso de tan vertiginosa marcha. ¿A quién le puede interesar un elefante muerto en plena Avenida de Mayo, cuando el impuesto a las ganancias vence hoy?, opinó rápidamente un contador calvo ante la pregunta de un movilero radial que se encontraba en el lugar del hecho. A un distinguido caballero, de esos a los que ya no se los ve más ni se sabe de donde pudo haber salido, se le cae el sombrero justo justo adentro de una de las enormes orejas del elefante muerto. ¡Oh drama por rescatar el sombrero! El distinguido transeúnte se siente indignado y amenaza con su paraguas al responsable. Totalmente fuera de sí empieza a escarbar con el paraguas la gigantesca oreja con el afán de sacar de allí a su querido sombrero. Todos sus intentos resultan inútiles. Mientras tanto un agente de policía toma debida nota del infractor, al que le busca afanosamente el número de patente por todos sus lados sin poder hallarla quedando frustrada su intención de hacer una boleta importante. Los automóviles, camiones transportadores de bebidas gaseosas y otros de hamburguesas y salchichas que, por razones obvias de consumo masivo, no pueden detener su marcha, también intentan pasar por encima del cadáver del animal, lo mismo que ómnibus cargados de pasajeros y motocicletas que entregan pizzas a domicilio. ¿A quién le puede interesar el cadáver de un elefante muerto?, contesta ahora el chofer del interno 22 de la línea 86 al movilero de la radio, y agrega: el elefante está muerto y punto, nosotros tenemos que seguir laburando.. Por fin llega al lugar un camioncito destartalado color gris de la división "Animales muertos en vía pública" para retirar al infeliz paquidermo. Como es muy pesado, y no lo pueden cargar los cuatro pobres integrantes de la cuadrilla y porque las dimensiones del camioncito no se ajustan para ello, optan por cortarlo en cómodas fetas jugosas con una enorme motosierra. En pocos minutos quedan las fetas apiladas sobre el acoplado del camioncito donde se agolpa una gran manifestación de desocupados y jubilados que protestan queriendo saber que destino le darán a esa carne ya que consideran injusto que se la coman los funcionarios mientras el pueblo sufre hambre y toda esa semejante cantidad se la podrían distribuir a gran parte de los necesitados. Los hombrecitos de la cuadrilla , a punto de retirarse del lugar en el camioncito destartalado, tratan de apaciguarlos diciendo que ese tema tienen que tratarlo con las autoridades, ya que no tienen ninguna orden de entregar las fetas a ninguna persona no autorizada por el organismo correspondiente. Entonces, los manifestantes, mucho más efusivos que antes, retoman su marcha hacia la Plaza de Mayo y agregan a sus cánticos habituales el de "Entrega de la carne de elefante ya". Por último, en simpático gesto, a pedido de un programa de entretenimientos de la televisión, y ante sus cámaras de exteriores, la cuadrilla de obreros que trabajó en el corte del elefante en fetas, le obsequian la oreja al distinguido transeúnte para que la pueda seguir escarbando a gusto con su paraguas en su casa cómodamente y poder rescatar de una buena vez su sombrero. Sonríen todos mirando hacia las cámaras.


El coleccionista de palabras

Lo que son las cosas, hace años que soy coleccionista de palabras y todavía no pude conseguir la palabra "cuento". Una palabra tan fácil y todavía no la tengo. No me avergüenza decirlo. Se lo comenté a otros coleccionistas de palabras el domingo pasado en el parque Rivadavia y se echaron a reír. "¿Cómo no vas a tener la palabra "cuento"?, me preguntaban como si estuviera bromeando. Uno de ellos se jactó de tener como cinco palabras "cuento", pero eso sí, muy valiosas, ya que una de ellas databa de 1615 y era francesa y las otras pertenecían a los siglos XVII y XVIII y provenían de Alemania, Grecia y Estambul, y una más pero de 1901, aunque sin demasiado valor porque había sido hallada en Buenos Aires, para ser más preciso, me dijo cabizbajo, en la apestosa Plaza Miserere. Otro viejo coleccionista fue un poco más humilde: tenía una sola pero se sentía satisfecho igual porque la había encontrado junto a unos restos fósiles hallados en 1961 debajo del empedrado de la avenida Triunvirato, allá por Villa Urquiza, cuando Obras Sanitarias había tenido que cambiar unas cañerías. Yo no quería tener cualquier palabra "cuento". La mía tenía que ser muy valiosa también. Parece mentira, pensar que tengo la palabra "agüero" que la encontré en una estación del subterráneo y que me la quisieron comprar unos españoles por tres mil dólares y yo no acepté. Si la hubiera vendido ya tendría la palabra "cuento" del año 1312 y de origen cartaginés que me la dejaba un ciego de la estación Constitución por mil quinientos dólares y por sólo quinientos hubiera podido volver a tener "agüero" que ahora la vendían en el Abasto porque todo el mundo ahora andaba en busca de "gardel", que había dejado de ser apellido para transformarse en palabra común. Encima me hubiera sobrado algo de dinero para poder comprar palabras difíciles de hallar hoy en día en el mercado y totalmente pasadas de moda como lo son "humano", "bondad" u "honestidad", que había puesto a la venta en oferta un funcionario corrupto del gobierno en la casa de gobierno sobre la entrada que da por Paseo Colón. Dicen que al ciego de Constitución ya no le interesaba demasiado tener en su colección palabras como "cuento" porque ahora estaba fervientemente entusiasmado por palabras místicas, pero que de tanto buscarlas, se metió no se sabe como adentro de una de ellas y nunca más se lo vio. Nadie supo explicar bien acerca de que palabra se trataba. Algunos que lo conocieron muy de cerca aseguran que el ciego veía. Dicen que jamás compró una sola palabra en alfabeto braille.


Perder la cabeza

Me pongo frente al espejo y me miro. No puedo creer lo que veo. Veo todo mi cuerpo, la pared que está detrás de mí donde están colgadas el cuadrito de las flores en el florerito que pintó la tía Ermenegilga y el otro cuadrito con la foto del abuelo Horacio, pero no me veo la cabeza. Mi cabeza no aparece en el espejo. Igualmente, pienso, que no todos los espejos funcionen bien. Éste está ya muy viejo y es probable que falle. Un día de éstos lo llevaré a una vidriería para que lo reparen y listo. Me causó asombro cuando llevé uno de mis dedos a la nariz (tengo esa costumbre de escarbarme los dos agujeritos nasales para quitarme algún moco) y no sentí tocarme la nariz, como si mis dedos hubieran quedado en el aire. Luego probé tocarme otros puntos de la cara y otra vez la misma sensación. ¡Hasta los anteojos no sentía! Volví al espejo alarmado y comprobé nuevamente que no tenía cabeza. Probé con el espejo del baño. Allí tampoco aparecía mi cabeza. Mi cuerpo, mis brazos, mis manos, piernas y pies, estaban íntegros... sin embargo mi cabeza... Frente al espejo del baño intenté tocarme el pelo pero vi como mi mano pasaba por el espacio que ocuparía éste y siguió bajando hasta encontrarse con el cuello, del que la saqué impregnado en sangre. Impresionado, traté de hacer algo, ir a algún hospital, llamar a un médico. Evidentemente no tenía cabeza. Al pasar por la habitación de la tía Ermenegilda, la puerta de ésta estaba entreabierta, por la que se dejaba escuchar la radio, costumbre ésta, la de la tía, de acostarse a descansar con la radio encendida. Mientras camino temblando escucho por el "Rotativo del aire" de Radio Rivadavia que un taxista encontró en su vehículo una cabeza que algún pasajero dejó olvidada en el asiento trasero. Según la descripción que hicieron de la cabeza no cabía ninguna duda: era la mía. Recordé que esa misma mañana yo había tomado un taxi, y sí recordé que en todo el trayecto no hice más que pensar en todos los quilombos que debía resolver la semana siguiente. Tomé nota del teléfono del taxista, en cuyo perder se encontraba mi cabeza y lo llamé inmediatamente: - ¿Hablo con el taxista que encontró una cabeza que dejó olvidada en su auto como pasajero?- Sí. - me contestó el hombre.- Bueno, yo soy el dueño de la cabeza. ¿Cuándo y dónde puedo pasar a buscarla?- No se moleste - me dijo el tipo amablemente -si se trata realmente de la suya se la llevo a su casa. ¡No va a salir a la calle así, la impresión que le va a dar a la gente cuando lo vea!... - Yo le agradezco y le pediría por favor que me la devuelva cuanto antes! A ver si todavía se empieza a descomponer...- No se preocupe por eso - me trata de tranquilizar el taxista- la tengo guardada en el freezer...
La pasé rápidamente la dirección y me encerré en mi cuarto, metiéndome en la cama en la cama y tapándome todo para que nadie me viera.Como una hora y media después sonó el timbre. Le grité a la tía que atendiera, que era un señor que traía algo para mí. Escuché a la tía quejosa, como siempre, que fue de mala gana a atender la puerta. Hizo pasar al hombre a mi habitación y vi cómo de una bolsa arrugada de supermercados "Coto" (yo te conozco), sacaba con ambas manos mi cabeza, la cual me entregó. Al principio me dio un poco de impresión pero después pensé que después de todo era mi cabeza y traté de volvérmela a colocar. La sentí un poco fría, sería por el afecto del freezer, quizás, y despacio, me la fui colocando hasta apoyarla en el cuello. - ¿Y? ¿Cómo la ve?... - le pregunté al taxista.- Me parece que está algo torcida. A ver, póngase derecho... mmm, sí, está algo inclinado hacia la izquierda. ¿Me permite?...Y sentí cómo el tipo con sus manos rústicas ubicada delicadamente a mi cabeza en el lugar correspondiente. - Ahora sí, le quedó bien. Hasta los lentes le quedaron derechitos. Trate de sacarse esos pedacitos de hielo que le quedaron en el pelo y límpiese ese hilito de sangre que sale desde la unión con el cuello porque se le va a manchar la camisa, ¿sabe? - Sí, gracias. No sabe cómo agradecérselo. Vea, yo quisiera darle algún tipo de recompensa. ¿Cuánto quiere? ¿50? ¿100? ¿200 pesos?... - le ofrecí.- ¿Queeee?.... ¿Está loco usté? No, por favor. ¿Sabe la cantidad de gente que deja olvidada la cabeza en el taxi casi todos los días? Diga que no todos, como usted, la reclama enseguida que si no... - ¿Porqué? ¿sino porqué? ¿qué pasa?... - le pregunté curioso.- ... Y, yo aviso a la radio que encontré una cabeza así y asá, y si no llaman para reclamarla en cuarentiocho horas se la vendo a los estudiantes de medicina. Eso sí, los de la privada, porque los de la UBA no tienen un mango... ¿Saben que bien las pagan a esas cabezas?...- me contesta lo más campante. - ¿Cuánto le pagan? - le pregunté asustado.- Y, por ejemplo el otro día por la cabeza de un pelado que parecía ser la de un ministro o algo así me dieron unos 2.500 dólares...Dicho esto, el taxista, dio media vuelta y se fue hacía la puerta de calle. Antes de salir, me miró y me dijo con una sonrisa algo sarcástica... - Ha sido un gustazo, amigo.Y se fue cerrando la puerta suavemente, como si estuviera poniendo una cabeza en su lugar.

Día de Reyes
(Ximena/etereoscopio genial/Eleuterio)
Ximena/etereoscopio genial:
etereoscopio genial, con luces dinámicas, motor retrospectivo, elevación inmediata, parabrisas de acrílico, corazón metálico en manos de Ximena, compañerita eficaz. Tres monstruos ensoñadores la han visitado dejando un mensaje de cibernética y fantasía. Ximena en sueños vuela con su juguete orbital. Despliega nubes de azufre, chorros de algún extraño combustible, galletitas de quatroquesos.

Eleuterio:
tarde de siesta de enero. Por los techos de lata y cartón, paredes rasguñadas, ladrillos resecos, la piel de Eleuterio. Ojitos tristes, miga de pan, un pájaro solitario, una boca sedienta, un par de pies descalzos y sucios. Una ramita remueve el agua estancada, podrida, hedionda, su rostro se refleja en ella. Cabeza sucia, nido de gorriones flacos, un perro anémico, un gato rengo. Eleuterio sufre un seis de enero.

Ximena/etereoscopio genial:
avanza la retrospectiva vigorosa de etereoscopio genial, por la orilla de la vereda, sobre columnas oxidadas, por la puerta de alguna cocina, espantando las moscas. Huele a mate cocido y se calcina con el sol de la tarde de infierno. Saca sus filosos colmillos, se cuelga del péndulo especial y vuela como si tal cosa. Ximena feliz despierta a la gente de sus siestas y desde muy alto oprime el obturador para girar con maldad. Escupe los patios, patea a los perros, aplasta a las hormigas, tironea furiosa de las colas de los gatos. Etereoscopio genial y otra vuelta más.

Eleuterio (El pensamiento de):
Sigue ramita removiendo el agua podrida que aquí se ha estancado, espejo miserable de mi vida, y ese motorcito maldito y burlón que va y que viene y que viene y que va y que no se detiene. Sigue ramita, sigue, profundizando en los fondos de este estanque putrefacto que allí estoy yo junto a los míos. Allí está mi padre entregando su vida a cambio de una mísera quincena que ya no le pagan. Allí está mi madre revoloteando como un oscuro pajarillo su ajado cuerpo en busca de nuestra paz. Allí está mi pequeño hermano junto a mí, tomado de la mano, pasando a escondidas de vagón a vagón en un tren interminable tratando de vender nuestra pegajosa , vieja, gastada y barata golosina que nadie quiere. Allí están nuestras cabecitas redondas de pelitos duros, continuamente castigadas por el palo feroz e ininterrumpido del orden. Allí estamos nosotros, obligados a callar nuestras miserias, viviendo en un lodo eterno, entremezclándonos con mentiras y promesas. Ximena me lanza una escupidita desde las alturas y suelta una car-ca-ja-da, una insolente y tremenda car-ca-ja-da.

Ximena/etereoscopio genial:
ahora el descanso, la retracción, el avance, la suspensión, el amortiguamiento, la dirección hidráulica, la prueba de frenos, la marcha innegable, la consola atractiva, el mantenimiento favorable, las agujas direccionales, el acondicionamiento de oxígeno, las luces violáceas, motores independientes, asiento aéreo, cabina deslumbrante, todo digital. Eleuterio: el último sol de la tarde ilumina a un Eleuterio roñoso, de mocos que cuelgan, cicatrices indescifrables, ropas escasas, nariz colorada. La siesta ha concluido. Las sillas de los vecinos van apareciendo sobre las veredas, las calles recuperan sus murmullos, la ramita se hunde en la oscura y espesa agua estancada. Eleuterio camina mirando alrededor con fastidio.

Ximena/etereoscopio genial:
la noche se acerca para el etereoscopio genial. Su marcha prosigue sin interrupción. Ximena ahora con un vestidito nuevo que cubre su pulcro y delicado cuerpecito viaja mas y mas. Mil maniobras en demostraciones ante el orgullo de padres, tíos y vecinos, cruzados de brazos, boquiabiertos, sonrientes, aplaudiendo ("mirá la gracia"), espectáculo gratis del atardecer bañado por la fragancia del agua colonia de origen quizás francés comprado en free-shop. Ximena egoísta sobrevuela indiferente mientras la noche se viene acercando.

Eleuterio (El pensamiento de):
este seis de enero ya termina. Un día como cualquier otro. Pies desnudos, dientes rotos, un pan duro y viejo, una lata oxidada y cortante para patear. El perro anémico y el gato rengo comparten mi epidemia. Odioso motorcito, ya callarás.

Ximena/etereoscopio genial/Eleuterio/Final:
la noche oscura, casi sin luna, los grillos en concierto, Ximena vuela con luces de todos colores. Vuela y vuela con su avaricia en búsqueda de más diversión. Ya ha traspasado la zona luminosa del pueblo y parece internarse en los suburbios. Allí va, sí, efectivamente. Ximena luciendo su etereoscopio genial. Allí va, sí, se dirige, triunfante en su maquinita infernal. Y sobrevuela casuchas, casillas, caserones con habitaciones olvidadas. Eleuterio, uno más. Sentadito sobre una piedra parece que contara las estrellas. Ximena y su hazaña, quiere empezar a bromear. Y dale que te dale lanza su etereoscopio bestial. Eleuterio enceguecido recibe cruel choque, genial. Y Ximena, plena de goce, se ríe e insiste, ésta es la presa ideal, suelta la car-ca-ja-da insolente y tremenda. Golpe tras choque, tras roce, Ximena hace el carnaval. Eleuterio puro moco pronto empieza a sangrar. Queda tendido en el suelo sin poder gritar. Ximena emprende el regreso final. Pero poco a poco el etereoscopio se comienza a apagar. Sus luces ya no encienden más. Su motor deja de respirar. Cae estrepitosa Ximena con su etereoscopio ya no tan genial. Desesperada, pobrecita, se larga a llorar. Muy pronto sobre el cielo puede llegar a ver una luz sobrenatural. Es Eleuterio, nomás, que vuela, vuela con velocidad angelical. Va sobre una estrellita de hojalata y vuela que te vuela sin parar jamás...

Indignación
Rosa y Humberto acaban de salir del departamento que su hijo ha alquilado para vivir con su pareja, un muchachito de su misma edad, y mientras lentamente caminan por la calle tratan de decir algo en medio del silencio que los embarga. Rosa irrumpe preguntándole inocentemente a su marido: - ¿Y, Humberto?... ¿qué te pareció?... lo tienen lindo al departamentito, ¿no?...A lo que Humberto cabizbajo y lagrimeando le responde débilmente: - ...¡Qué querés que te diga, vieja!... a mí me destroza el alma todo esto... ¡tenemos un hijo marica!... no me lo puedo sacar de la cabeza... Entonces Rosa le contesta con bronca deteniendo su marcha: - ¡A mí lo que más me indignó es que en el dormitorio sobre el respaldar de la cama no hayan colocado un crucifijo, ni siquiera una sola foto de la primera comunión!...