lunes, 8 de octubre de 2007

LOS "MERECIDOS HOMENAJES"


Sí, se acuerdan de esa mansión donde habitaron los Anzurregui pero jamás van a nombrar la casa de Doña Rosa de Albasini, la partera del barrio que nos trajo al mundo al primo Robertito, a la prima Mony, a mi hermano Alito y a mí y que tenía una hija adoptiva que la llamaban la Mónica y un día se fue y nunca más se supo de ella.

Sí, se acuerdan de ese hotel donde en 1906 se albergó el Conde de Turkenón pero no hacen mención de la esquina donde el frutero al que llamábamos "el conde" estacionaba su carro todas las mañanas para vendernos manzanas, bananas, peras, naranjas, bergamotas y limones.

Sí, se acuerdan del monumento que le hicieron al General Irizabarragni pero ni siquiera pusieron una placa recordatoria en memoria de aquel caballo que apareció muerto frente al corralón de los Garibaldi la mañana del 7 de julio de 1959.

Sí, se acuerdan de la cancionista Elba Gracián nombrándola Ciudadana Ilustre pero ni un ápice para la tía Chola que se la pasó recortando y pegando notas, reportajes y fotos de la misma en álbunes con tapas de cuero y comprando todos sus discos y viendo todas sus películas durante cerca de cuarenta años.

Sí, se acuerdan de escritores como Dalmasio Benavídez, Raimunda Flores o Fulgencio Arnáez pero jamás emitirán juicio alguno sobre mis obras completas (1952-2007), de las cuales extraigo el presente párrafo.

1 comentario:

Sambomba dijo...

Contanos, Aníbal, a qué pueblo hacés referencia? Los reconocimientos llegan, pero no hay que contar con ellos porque a veces tardan demasiado. Mejor seguir adelante, con tu estilo y oon todas tus ganas.