Los de enfrente al final tuvieron que vender el auto para comprarse la heladera. No podía ser: con cinco chicos y sin heladera. Por suerte el televisor ya lo tenían desde que se casaron. Ahora les hace falta un lavarropas. Van a tener que vender la reproductora de DVD.
La mujer esa que anda diciendo por ahí que cuando joven era un camión, ahora es un tanque atmosférico.
La hija de la Josefina llega siempre como a las cinco o seis de la mañana y después se va como a las cinco o seis de la tarde. Y la Josefina se va como a las cinco o seis de la mañana y vuelve como a las cinco o seis de la tarde. Las dos trabajan.
(Publicado en "La Máquina de Escribir" Nº30, diciembre de 2005)
1 comentario:
me hiciste sonreir
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